El Instituto Gemológico de América (GIA) anunció una actualización clave en la forma de certificar los diamantes creados en laboratorio. A partir de finales de este año, dejará de usar el sistema tradicional de las 4Cs (color, claridad, corte y quilates) para estos diamantes, marcando una clara distinción con los diamantes naturales.
¿En qué consiste el nuevo sistema de certificación del GIA?
En lugar de aplicar los parámetros desarrollados para piedras naturales, el GIA evaluará los diamantes de laboratorio bajo un sistema descriptivo adaptado a sus características. Los informes ya no indicarán una clasificación tradicional, sino que identificarán la piedra como «premium» o «estándar», según su nivel de color, pureza y acabado.
Si un diamante sintético no cumple con los requisitos mínimos de calidad, no recibirá ninguna designación. Esta decisión refleja la realidad actual del mercado, donde la mayoría de estos diamantes comparten un rango limitado de atributos.
“Más del 95% de los diamantes de laboratorio presentan un rango muy estrecho de color y claridad. Por eso, ya no es útil aplicarles la nomenclatura creada para diamantes naturales.”
— Tom Moses, vicepresidente ejecutivo del GIA
¿Por qué este cambio es importante para los consumidores?
Durante décadas, el GIA ha sido la autoridad global en clasificación de diamantes. Su escala de color y pureza ayudó a reducir la confusión entre compradores. Con este nuevo modelo, el instituto refuerza su compromiso con la transparencia y claridad, facilitando la toma de decisiones informadas.
Este cambio no pretende generar competencia entre diamantes naturales y diamantes cultivados en laboratorio, sino establecer una distinción clara entre ambos. Cada tipo de piedra tiene su lugar en el mercado, pero los consumidores merecen saber exactamente qué están comprando y por qué existen diferencias de valor.
Un paso hacia una mayor transparencia en la industria de las gemas
El GIA busca proteger la confianza pública en el mundo de la joyería. Con informes específicos para diamantes creados en laboratorio, los consumidores podrán entender mejor el origen, las propiedades y el valor de cada pieza, asegurando una experiencia de compra consciente y segura.
Esta nueva clasificación es, sin duda, un hito en la evolución de los estándares gemológicos y un avance clave en la diferenciación entre los productos sintéticos y naturales en el sector joyero.